Derrotar a Rusia sin combatir: todo lo que gana Estados Unidos con la guerra

Por: Ana Raya

La guerra en Ucrania ha aumentado el poder de Estados Unidos. Una Rusia más débil le ha granjeado la entrada en el Cáucaso y Asia Central, y la OTAN revitalizada consolida su supremacía militar en Europa. Ahora Washington tiene más legitimidad y capacidad para contener a China.Estados Unidos ha mejorado su posición en el mundo sin disparar un solo tiro gracias a Vladímir Putin. Antes de la invasión rusa de Ucrania, los análisis proclamaban el declive de la hegemonía de Washington a raíz de la política proteccionista del expresidente Donald Trump, la mala gestión de la pandemia y la creciente división social. El punto más alto fue el asalto al Capitolio de cientos de manifestantes trumpistas que negaron la victoria electoral de Joe Biden. La retirada de Afganistán en 2022 después de veinte años de ocupación también hizo creer que Estados Unidos ya no podía ni quería liderar los asuntos internacionales.

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Sin embargo, la guerra de Ucrania le ha permitido demostrar lo contrario. Estados Unidos es el país que más armamento ha suministrado a Kiev y no ha dudado en utilizar su red de alianzas para imponer a Rusia el mayor paquete de sanciones económicas que ha aprobado nunca. Al mismo tiempo, la invasión ha reforzado su liderazgo global, ya que Moscú ha perdido poder en sus zonas de influencia, la OTAN se ha fortalecido en Europa y sus coaliciones en el Indo-Pacífico para contener a China se han expandido.

Rusia se debilita en Eurasia

Lo primero que gana Estados Unidos con la guerra de Ucrania es el debilitamiento de su clásico rival. Rusia tiene menos influencia en el mundo que hace un año, sobre todo en Europa y Asia. En lo militar, se estima que ha perdido el 50% de sus tanques operativos y en torno al 8% de sus aviones de combate, mientras que las sanciones occidentales están dañando su economía. El PIB ruso disminuyó un 2,1% en 2022, y se espera una reducción de entre el 3,3% y el 5,6% en 2023.

https://elordenmundial.com/rusia-perdiendo-zona-influencia-enfanga-ucrania/embed/#?secret=xkxK7tM1pT#?secret=Laz8wi4q5J Como consecuencia, Rusia tiene menos capacidad de intervenir en el Cáucaso y Asia Central y ha dejado un vacío de poder que Estados Unidos busca rellenar. La mediación estadounidense en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por el Alto Karabaj el pasado octubre da cuenta de ello. Mientras que Moscú negó a Armenia el apoyo de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva —la OTAN rusa—, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, viajó al país en señal de solidaridad y buscando alcanzar un alto el fuego. Asimismo, Washington ha anunciado la Iniciativa de Resiliencia Económica para Asia Central, por la que destinará veinticinco millones de dólares a la región para fortalecer las relaciones con sus países y así contrarrestar la presencia rusa y la creciente influencia china.

Al debilitamiento de Moscú se suma su desprestigio diplomático. 141 países han condenado la invasión a Ucrania por violar un principio básico del orden internacional: el respeto a la integridad territorial de los Estados. Esto ha permitido a Estados Unidos legitimar su posición como garante de la seguridad y estabilidad del orden mundial, así como reforzar sus alianzas en Europa y el Indo-Pacífico para proteger sus intereses geopolíticos.

Un vínculo transatlántico renovado

Aunque Estados Unidos y la Unión Europea han mantenido disputas comerciales en los últimos meses por el proteccionismo de la Administración Biden, la guerra de Ucrania ha fortalecido la alianza transatlántica. Esta había quedado dañada tras la presidencia de Trump, quien impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedentes de Europa y amenazó con abandonar la OTAN si los miembros europeos no aumentaban su gasto en defensa. Sin embargo, la invasión ha devuelto la sintonía entre Washington y Bruselas, que han alineado su política exterior para contener el ataque ruso y presionar a Putin.

https://elordenmundial.com/lo-que-gana-la-otan-con-la-entrada-de-suecia-y-finlandia/embed/#?secret=GWwQHnHJ98#?secret=VfMWR1grpq La Unión Europea ha adoptado sanciones económicas sin precedentes contra el Kremlin, ha firmado acuerdos con terceros países para reducir su dependencia energética de Rusia y ha enviado armas a Ucrania a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Por su parte, la OTAN añadirá en los próximos años 260.000 tropas a las 40.000 que integran su fuerza de reacción rápida, y crecerá en importancia y capacidades con la adhesión de Suecia y Finlandia.

El refuerzo de la alianza transatlántica también beneficia a Estados Unidos. Por un lado, la revitalización de la OTAN le asegura su supremacía militar en Europa. No es casual que Washington inaugurase en marzo una base militar permanente en Polonia, la octava en el continente y la primera que establece en el flanco este de la Alianza, a 467 kilómetros del territorio ruso de Kaliningrado. Por otro lado, una Unión Europea fortalecida le permite a Estados Unidos destinar más recursos a su competición geoestratégica con China.

Una alianza global contra el gigante asiático

En última instancia, la invasión de Ucrania le ha dado legitimidad y capacidad a Estados Unidos para confrontar a China, que sigue sin condenar la agresión rusa. Washington ha encontrado en esa ambigüedad el pretexto perfecto para desplegar una política exterior más agresiva hacia el gigante asiático. Lo prueban la guerra de los chips iniciada por Biden, el bloqueo total contra Huawei, la Inflation Reduction Act, que contempla subsidios para las empresas estadounidenses, y el renovado apoyo a Taiwán. En septiembre de 2022, el Senado estadounidense aprobó la Taiwan Policy Act, una iniciativa que, de aceptarse en el Congreso, destinaría casi 4.500 millones de dólares a la defensa de la isla en los próximos cuatro años.

https://elordenmundial.com/biden-guerra-total-contra-china-chips-tecnologia/embed/#?secret=z9gvWKs7qk#?secret=L08Ed4I3Iu Estados Unidos también ha usado la ambigüedad china sobre la guerra para justificar una nueva alianza atlántica-pacífica. Bajo la premisa de que Taiwán puede ser la próxima Ucrania, está vinculando sus objetivos de contener a Rusia en Europa y de contrarrestar a China en el Indo-Pacífico para que sus socios europeos y asiáticos alineen posturas. De ahí que Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Japón participasen en la última cumbre de la OTAN en Madrid o que el nuevo concepto estratégico de la organización se refiera a China como un desafío a sus intereses y seguridad. También que Alemania y Japón vayan a duplicar su presupuesto militar, o que Corea del Sur acordase enviar armamento a Polonia.

El temor a una China más asertiva en el Indo-Pacífico también ha conseguido que India y Filipinas se acerquen a Estados Unidos, aunque no suelen tomar partido por una superpotencia en política exterior. Nueva Delhi ha acordado profundizar la cooperación tecnológica e industrial en materia de defensa con Washington, mientras que Manila ha autorizado la construcción de cuatro nuevas bases militares estadounidenses en el archipiélago. En definitiva, y aunque el contexto actual sea más proteccionista, la guerra de Ucrania ha permitido a Estados Unidos hacer lo que mejor se le da: construir coaliciones para proteger el orden internacional liberal.

Original del Orden Mundial