Por: Emeline Vin
Una investigación de la BBC ha sacado a la luz las acciones de un escuadrón en Afganistán entre 2010 y 2011. Un equipo del Servicio Aéreo Especial supuestamente mató a decenas de civiles, y los mecanismos de supervisión fallaron.
Los informes del escuadrón eran curiosamente similares. Cada vez, los soldados desplegados en la región afgana de Helmand evacuaban un edificio lleno de civiles, y luego seleccionaban a un hombre para realizar un registro en su interior.
Según los informes, el civil sacaba una granada de la nada, lo que obligaba al Servicio Aéreo Especial (Special Air Service en inglés) a abatirlo. Al menos 54 civiles habrían muerto. Además, los militares supuestamente falsificaron pruebas.
Una investigación interna sin resultados
Un memorando interno expresa la preocupación por la proliferación de informes «sin sentido» y una «política deliberada» de ejecuciones sumarias. Según documentos y testimonios recogidos por la BBC, el escuadrón pretendía batir todos los récords en cuanto a número de víctimas humanas durante su despliegue entre 2010 y 2011.
Se inició una investigación interna, pero al parecer el funcionario enviado al lugar de los hechos se limitó a entrevistar a los soldados, sin visitar el lugar de los hechos ni realizar ninguna comprobación. La unidad fue redistribuida en 2012. El comandante de la Royal Navy se refirió entonces a las «impactantes» revelaciones y pidió una investigación pública. El Ministerio de Defensa se negó a hacer comentarios.
«Deberíamos abrir una investigación pública»
Frank Ledwidge, ex militar y profesor de la Universidad de Portsmouth, contactado por RFI, estima que estas revelaciones son condenatorias. «Lo que debería ocurrir, como menciona el coronel Lee en el reportaje, es que deberíamos abrir una investigación pública sobre estos supuestos asesinatos. La policía militar, que, por supuesto es una rama del Ministerio de Defensa, ha intentado investigar, pero es probable que no vaya más allá de esto», observa.
Frank Ledwidge también afirma que «en todo caso, hay pruebas suficientes para acudir a la Corte Penal Internacional, dada la reticencia del Ministerio de Defensa británico a investigar y llevar ante la justicia a los responsables».
«Con esto no me refiero a las personas que cometieron los asesinatos, sino a los altos cargos que los encubrieron u ordenaron. Si el Reino Unido no es capaz de hacerlo, quizá lo haga la CPI», explica.
Extraido de RFI