Por: Milton Olivo
Si producimos en RD lo que importamos, se crearían millones de empleos. Al importar, creamos en los países que nos venden. Pero se enriquecen los importadores, solo haciendo transferencia electrónica, y sacrificando a los emprendedores y productores nacionales.
El Banco Central, en la práctica, en las últimas décadas, se ha convertido en una institución al servicio de la burguesía importadora dominicana, por eso vemos, que privilegia elevar el nivel de las reservas internacionales, en vez de crear políticas para enfocar esos recursos en construir industrias para sustituir importaciones y elevar producción nacional.
El resultado práctico de la tradicional política del Banco Central es incrementar la concentración del capital; creando las condiciones para incrementar la riqueza de la burguesía importadora, pero estancando el desarrollo de la producción, industrialización y creación de empleos.
Enarbolando como bandera la estabilidad cambiaria, de manera de proteger a los importadores de fluctuaciones en la moneda que puedan encarecer sus compras de importaciones.
Como no hay condiciones objetivas de arrebatarle el poder a esa burguesía, para cambiar de política e imponer una nacionalista, enfocada en el desarrollo nacional, De ahí, que privilegia préstamos al consumo de importaciones, que apoyo a los emprendedores, salvo que tengan garantías. Reciclando el capital entre los propietarios. Ignorando totalmente el talento o las ideas, cerrando las puertas a los jóvenes.
Burguesía que ha llegado a un nivel de voracidad tal, que es capaz de cobrar a los depositantes de los bancos por sus ahorros.
Sólo queda al pueblo, constituir cooperativas, para disponer de sus propias fuentes de capital para financiar sus emprendimientos.
No hay condiciones, objetivas de desplazar del poder la burguesía, porque hay un segmento muy importante de la población, que no tiene conciencia de clase, vende su voto, traiciona a los suyos por beneficios a corto plazo, y se traiciona a sí mismo dándole las espalda a los suyos para beneficiar a su antagonistas de clase. E inclusive apoyando políticos que son reconocidamente corruptos, buscando beneficios personales.
Mi consejo al sector cooperativo: incentivar y financiar la creación de un tejido de agroindustrias municipales, pues eso creará las condiciones para la masificación de la producción agropecuaria, pues estas industrias absorberán los excedentes, creando empleos y exportaciones.
Y el apoyo al desarrollo de nuevos sectores productivos con potencial de generar miles de empleos y multiplicar el producto bruto interno, como es la pesca industrial, la maricultura o cría de peces en jaula en el mar y la acuicultura. Con un mercado global sobre los 400 mil millones de dólares. E internamente con un mercado cubierto por importaciones de casi el 90% del pescado consumido.
La agroindustrias es el secreto para el desarrollo rural, la seguridad y estabilidad de precios, lo que incentivará a los propietarios a producir por la seguridad de colocar la producción, lo que incrementará las exportaciones, la producción de divisas y la riqueza en el campo.