Por Milton Olivo
Siempre se ha afirmado que un barco que no sabe dónde va, ningún viento le será favorable. Lo mismo con las personas, y mucho más con los países.
Creo que sería maravilloso proponernos duplicar nuestro PIB en esta década. Lo que nos permitiría erradicar el desempleo, incrementar ingresos, y elevar el nivel de bienestar de la población.
Si creemos que podemos, o que no podemos; en ambos casos tendremos razón. Y nunca sabremos de lo que somos capaces si no lo intentamos. Creo que el inicio pasa por proponernos convertirnos en un importante suplidor global de alimentos frescos y procesados inicialmente.
Y con los recursos que generemos con las exportaciones de alimentos, tendremos los recursos para impulsar la debida industrialización y hacer las inversiones necesarias para alcanzar el objetivo.
La pregunta es; que necesitamos para lograrlo? Lo primero es poner la vista y estar claro sobre lo que tenemos: Tierra, Agua, Sol, Mar, Ríos y los Embalses de las Presas.
Veo factible enfocar los recursos disponibles para inversión, y motivar la banca privada y las cooperativas, a impulsar la producción agropecuaria, y a la construcción de plantas procesadora de alimento, lo que nos permitirá convertir la producción agropecuaria en productos exportables.
Casi lloro hace un tiempo, que vi en las noticias, un productor de Zanahoria de Constanza, que ordenó pasar el arado a 200 tareas de Zanahoria, porque el precio era muy bajo. Cuando el, con una área de lavado, una mesa de metal para ser peladas las Zanahorias, otra mesa para trozarla, otra mesa para meterlas en fundas de una o dos libras, y un cuarto frío para conservarla, hubiese tenido un producto tanto para el mercado local como para exportación. La ignorancia es la causa de nuestro subdesarrollo.
Que aperturando centros de distribución de nuestros productos en USA, CANADA, EUROPA, CHINA y MEDIO ORIENTE, nos facilitaría convertirnos en suplidores globales de alimentos. Y producir dólares, euros, Yuan, etc.
Además, desarrollando la pesca industrial, e incentivando la fabricación naval de barcos de pesca, la Acuicultura, la maricultura o cría de peces en el Mar, y en los embalses de las presas, podríamos aprovechar una porción del mercado global del pescado que el pasado año superó los 400 mil millones de dólares.
RD necesita impulsar una flota de barco mercantes y una línea aérea de carga, para abaratar el costo del transporte y ser más competitivo. Además que ninguna actividad moviliza y desarrolla mas sectores que la agropecuaria industrializada, lo que se reflejará en una masiva creación de empleos.
Los trenes subterráneos, los trenes de carga, los mega proyectos de construcciones son muy interesantes, pero quiero recalcar que es más prioritario invertir en la producción con la visión puesta en multiplicar nuestras exportaciones.
Al multiplicar las exportaciones, generamos los recursos para industrializar el país, construyendo las industrias necesarias para sustituir importaciones.
Además que debemos desarrollar un poderoso mercado de capital, tomando las medidas para incentivar el crecimiento de nuestra bolsa de valores, los fondos de inversión, y por sobre todo, crear incentivos y seguridad jurídica para la repatriación de capitales, y atraer inversión extranjera.
Así creamos las condiciones para en este siglo XXI, convertir la R. Dominicana en una potencia emergente, en una sociedad de oportunidades y pleno empleo. Con la crisis alimentaria global vaticinada, el momento estratégico para convertirnos en potencia exportadora de alimento, es ahora.
Debemos dejar de mirarnos el ombligo, y hacer el esfuerzo pensando en la seguridad interna, es tiempo de comenzar a pensar globalmente, de convertirnos en una potencia global exportadora de alimentos frescos y procesados. Ojo, en el peor de los casos el Estado construye las agroindustrias o industrias necesarias, y luego convierte el valor en acciones, para venderlas a inversionistas locales o internacionales interesados. Así, aceleramos el desarrollo.