Milton Olivo
Ante la anarquía y ausencia de autoridad en Haití. Y ante la indiferencia de la ONU, OEA, USA y FRANCIA, frente a esa situación que solo afecta RD. Por su propia integridad y supervivencia, RD tiene que abandonar su política de no intervención en los asuntos internos de HAITÍ.
Si la casa de su vecino se incendia, usted debe evitar que se incremente y pueda pasar a su casa y también incendiarla. La primera ley, es la ley de la necesidad. Más si el vecino demuestra que está incapacitado para pagar el fuego, obliga al vecino a hacer lo que tenga que hacer.
Es bueno que el mundo comprenda la situación. Haití es un país controlado por bandas armadas, con una población analfabeta y hambreada, su salida, cruzar la frontera, con apoyo de oscuros intereses, financian trasplantar su población a RD, la que no está en capacidad de soportar. Creando condiciones para una futura guerra.
RD debe prepararse por su supervivencia, para el inicio de deportaciones masivas, devolviendo a los invasores a su país. Si es necesario, convocar un servicio militar obligatorio para disponer de personal suficiente para manejar la situación y dominicanizar la mano de obra que suplen.
Una guerra en el Caribe no es conveniente para nadie. Y mucho menos para RD, que es un país que vive en democracia, paz y creciendo de forma constante. Esta invasión, desplaza mano de obra, satura servicios de salud y sistema educativo. En especial que es una migración indeseable.
RD está llamada a intervenir en la destrucción de las bandas terroristas haitianas, que tienen su gobierno y sociedad en jaque. Pues en la medida que el problema de inseguridad se incrementa, también se incrementa el flujo migratorio irregular hacia la RD. Lo que indigna al pueblo dominicano y crea las condiciones de un futuro estallido social de continuar la invasión.
El autor es escritor dominicano