Por: Jose Corrochano
La invasión de Rusia a Ucrania que comenzó el 24 de febrero ha tenido múltiples consecuencias para Europa. En materia de seguridad y defensa comunitaria, esta guerra ha provocado un sentimiento de necesidad de fortalecer las fuerzas armadas nacionales a través de una mayor inversión pública.
Este incremento en las compras de material bélico se traducirá en aumentar el número de unidades actualmente disponibles para ser enviadas a Ucrania, ya que muchos sistemas de misiles de los ejércitos europeos son efectivos contra cientos de carros de combate principales (T-72, T-80 y T-90) que ha desplegado Rusia.
Varias agencias de inteligencia estadounidenses estimaron que, al comienzo de la ocupación, el Kremlin contaba con 12.420 carros de combate principales y otros 36.000 vehículos blindados; sin embargo, después de 37 días, esta fuerza de combate a priori superior no ha demostrado su valía en el teatro de operaciones, ya que muchas decenas fueron abandonadas, otras unidades tripuladas por soldados inexpertos o carecían de suministros y repuestos. El sitio web de análisis militar Oryx afirma que solo en las primeras 3 semanas de combate, Rusia perdió al menos 270 tanques. Esta cifra supondría el 10% de su fuerza activa en suelo ucraniano.
Debido a este despliegue, kiev ha solicitado a la OTAN el envío de: aviones, helicópteros, sistemas antiaéreos S-300 y 500 misiles FIM-92 Stinger y FGM 148 Javelin para continuar sus ataques contra vehículos blindados rusos (además de los 17.000 antiaéreos y 2.000 antiaéreos ya recibidos 2 semanas después de iniciada la invasión).
Con los primeros envíos de unos pocos cientos de misiles (principalmente estos FGM -148 Javelins y NLAW Stingers), Ucrania ha podido acabar con decenas de tanques de batalla y vehículos blindados principales rusos, según el portal web ORXY.
Envíos de armas desde Europa
La Unión Europea, al inicio del conflicto, se ha mostrado muy reticente a armar a Ucrania, país que no pertenece al proyecto comunitario, pero que se encuentra en posiciones cercanas por temor a que el conflicto escale en gravedad. Ahora, más de 60 días después, la mayoría de los países han cambiado de opinión:
A) Alemania; prepara un intercambio de armas con Eslovenia, a la que entregará sus blindados APC, Leopard 2, Boxer 8×8 y BMP Puma y ésta recibirá tanques T-72.
B) Bélgica, enviará 5000 fusiles de asalto FN- FNC y 200 misiles anticarro.
C) Lituania: que no ha especificado la cantidad de armas transferidas, pero sí que son decenas de millones de euros con entre otros, morteros pesados.
D) Reino Unido, que envió 1.080 sistemas antitanque NLAW.
E) Suecia se ha comprometido a enviar más de 5.000 AT4 anticarro.
F) Washington ya ha entregado armamento por 800 millones de dólares: 75 obuses + M198 de 155 mm y 144.000 municiones; 72 tractores tácticos; 121 UAV Phoenix y Ghost. El paquete de ayuda anterior incluía 18 obuses, 40.000 municiones, drones de ataque Switchblade y vehículos blindados M113.
Posteriormente, el 3 de marzo, se llevó a cabo otro más significativo, ya con material bélico real con una potencia de fuego de: 1.370 lanzagranadas C-90 y 700.000 cartuchos de fusil y ametralladora ligera. Y el 28 de marzo, el Ministerio de Defensa lanzó otro avión A-400 con más armamento (no especificado).
Entre el material enviado destaca el C-90, así como el Alcotán 100, (ambos fabricados en Zaragoza), son dos sistemas muy similares contra vehículos blindados que podrían haber sido de gran utilidad en el primer mes de combate. Operado desde el hombro por un soldado de infantería, el tubo lanzador dispara una granada de 100 mm o 90 mm. Los C-90, en sus diversas versiones (uso general, antitanque, antibunker) son muy útiles en el combate urbano.
El 19 de abril, el presidente Pedro Sánchez acudió a Kiev para reunirse con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y mantuvieron una rueda de prensa conjunta, en la que se anunció otro cargamento de armas: 30 camiones y 10 vehículos ligeros, además de ocho agentes del Ministerio del Interior que colaborará con Cruz Roja. Toda esta carga se transporta en el buque de la Armada Española Reina Ysabel, que partió del puerto de Rota en Cádiz el 21 con destino al puerto polaco de Gdynia, en el norte del país.
Adquirido a finales de 2020 por el Ministerio de Defensa por 7,5 millones de euros, este modelo es un buque de tipo Ro-Ro (roll on-roll off) con capacidad para transportar vehículos sobre ruedas y personal. Esta búsqueda destaca, entre otras cosas, porque su tripulación está compuesta por 51 personas, tiene una autonomía de 24 días, pero no cuenta con sistemas de armas fijos.
España también anunció que se han enviado unos 700.000 cartuchos largos, livianos y pesados de varios calibres para dotar de más municiones a todo el armamento ya entregado. El sistema que utilizan algunas armas antitanques para aumentar las posibilidades de penetración del blindaje se basa en concentrar toda la energía de la explosión en un pequeño punto del blindaje para hacer más daño.
Además, el ejército ucraniano ya tiene un sistema de mortero a bordo Alakran (de la compañía Ventura Defense) desde 2019, que la compañía de armas local Ukrobonservice instaló en el 4×4 blindado Bars-8.
José Corrochano, Politólogo y máster en Relaciones Internacionales.
Original de Lisa News