Por Lluis Fox
La crisis con Ucrania tiene componentes de seguridad, pero son más fuertes los lazos históricos, culturales y religiosos con la Rus de Kiev, que a mediados del siglo IX fundó lo que sería el imperio ruso.
Cuando las fronteras se dibujan artificialmente, como las que se dibujaron en una pizarra en la Conferencia de Berlín de 1884, se está cometiendo una arbitrariedad. Las fronteras africanas son un portafolio de plumas de dibujo sin tener en cuenta etnias, culturas y creencias.
Winston Churchill fue fotografiado en las arenas del desierto entre Jordania y Arabia Saudita con una brújula sobre la arena y acompañado del legendario Lawrence de Arabia, la escritora Gertrude Bell, varios soldados británicos y funcionarios trazando fronteras.
En la Conferencia de Yalta en Crimea, F.D. Roosevelt, Stalin y Churchill crearon esferas de influencia en Europa en febrero de 1945 cuando Hitler aún vivía en su búnker de Berlín. Josep Borrell dijo en Barcelona que «las fronteras son las cicatrices que la historia ha dejado grabadas en la piel de la tierra». Vicent Partal acaba de publicar un documentado libro, ‘’Fronteras’’, en el que analiza cómo las fronteras son siempre una invención humana e incluso las que aparentemente son naturales no lo son en absoluto.
La ruptura de la Unión Soviética después de 1991 fue tan inesperada como repentina. No cayó desde fuera, sino que se derrumbó como un castillo de naipes desde dentro. Lenin escribió en su exilio en Zúrich que la Rusia de los zares era la prisión del pueblo, pero poco después de tomar el poder cambió el imperio de los Romanov al Soviet. Uno de los problemas endémicos de Rusia es su complejo de inseguridad y la necesidad de proteger sus fronteras terrestres que han sido cruzadas sin éxito por Napoleón y Hitler.
La crisis con Ucrania tiene componentes de seguridad, pero son más fuertes los lazos históricos, culturales y religiosos con la Rus de Kiev, que a mediados del siglo IX fundó lo que sería el imperio ruso. Solzhenitsyn tenía madre ucraniana y su Rusia ideal era la que incorporaba también Bielorrusia y Ucrania. El resto sobraba. Vasili Grossman y Nikolai Gógol eran ucranianos y también se sentían rusos. Jruschov, un ucraniano, incorporó Crimea a su patria en 1954. Nadie sabe si Putin tomará el arriesgado y peligroso paso de anexionar militarmente a Ucrania como hizo con Crimea en 2014. Pero desde que llegó al Kremlin tiene la intención de recuperar o neutralizar Ucrania.
Publicado en La Vanguardia el 18 de febrero de 2022