Angel Bermudez
La crisis en la frontera entre Rusia y Ucrania, que ha hecho saltar las alarmas en las cancillerías de toda Europa por temor a un conflicto armado en ese continente, tiene un significado muy diferente para China, que, según algunos analistas, puede verse indirectamente favorecida con estas tensiones.
Pekín tiene buenas relaciones tanto con Moscú como con Kiev y ha insistido en pedir a las partes que mantengan la calma y «dejen la mentalidad de la Guerra Fría».
Al mismo tiempo, sin embargo, ha respaldado las «preocupaciones legítimas de seguridad» de Rusia y le ha dado un valioso apoyo retórico al firmar una declaración conjunta «oponiéndose a una mayor ampliación de la OTAN».
Esta declaración fue emitida después de una reunión entre los líderes Xi Jinping y Vladimir Putin, que tuvo lugar el 4 de febrero.
Ese encuentro tuvo una carga simbólica adicional ya que era la primera vez que el presidente chino se reunía en persona con el líder de otro país desde el inicio de la pandemia de covid-19.
Pero, ¿cómo pueden las tensiones entre Moscú y Kiev favorecer a Pekín?
La competencia entre Beijing y Washington por la supremacía mundial se ha intensificado en las últimas décadas. Poco a poco, Estados Unidos dejó de considerar a China como una potencia emergente que quería ver integrada en el sistema económico internacional, con la esperanza de que su progreso económico redundara también en un cambio político y pasó a verla como un competidor estratégico global.
En los lineamientos estratégicos de seguridad nacional aprobados en 2021 por el gobierno de Biden, se expresa claramente esta nueva caracterización de China.
“(China) es el único competidor potencialmente capaz de combinar su poder económico, diplomático, militar y tecnológico para desafiar un sistema internacional estable y abierto de manera sostenida”, dice el documento.
Además, Washington ratifica su intención de «apoyar a los vecinos y socios comerciales de China en la defensa de sus derechos», apoyar a Taiwán y «defender la democracia, los derechos humanos y la dignidad humana, incluso en Hong Kong, Xinjiang y el Tíbet».
En este contexto, el hecho de que Estados Unidos tenga que destinar sus esfuerzos y recursos a cualquier otra región del mundo favorece a China, según algunos analistas.
“Desde una perspectiva geopolítica, es bueno para Pekín que Estados Unidos, Europa y Rusia se centren en una crisis lejos de las fronteras de China y no se centren en los problemas que tienen con respecto a China, que le da más manos libres a Pekín de intentar sus preocupaciones en su propia región», dice Chris Miller,
profesor de la Escuela Fletcher de Relaciones Internacionales de la Universidad de Tufts.
“Entonces, desde esa perspectiva, el enfoque en la crisis en Rusia y Ucrania es algo bueno para Beijing, ya que ciertamente desvía la atención de Estados Unidos y las potencias europeas clave de la región del Indo-Pacífico”.
En este caso, la situación ha requerido de la administración Biden no solo muchas horas de trabajo diplomático, sino también el traslado de tropas estadounidenses a países de Europa del Este, así como el envío de armas a Ucrania.
¿Y si hubiera una guerra?
Algunos expertos creen que, en este marco, China podría verse aún más favorecida si las tensiones entre Rusia y Ucrania desembocan en un enfrentamiento militar.
“Si Rusia invade Ucrania, precipitando un conflicto prolongado con Estados Unidos y sus aliados occidentales (aunque es poco probable que se produzca una confrontación militar directa), obviamente China se beneficiaría. Estados Unidos necesitará desviar recursos estratégicos para enfrentarse a Rusia y sus aliados europeos “serán aún más reacios” a prestar atención a las súplicas de Estados Unidos de unirse a la coalición contra China”, escribió Minxin Pei, especialista en relaciones entre Estados Unidos y China en Claremont McKenna College, California, en una publicación de blog.
Agregó que la influencia de China sobre Rusia aumentaría si Putin decide invadir Ucrania “porque entonces necesitará el apoyo económico chino para disminuir el impacto de las sanciones occidentales”.
Un conflicto prolongado en Europa reduciría la capacidad de Washington para concentrarse en una posible confrontación en el Pacífico al mismo tiempo, dijo Shi Yinhong, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Renmin de Beijing.
«Estados Unidos está en una situación lamentable en este momento», señaló el experto, quien advirtió que un conflicto en Ucrania reforzaría la dura postura actual y la preparación militar de China frente al tema de Taiwán.
Según Pei, si Biden logra desactivar la crisis accediendo a algunas de las demandas de Putin, Beijing terminará en una situación estratégica peor.
Si bien Putin cosechará los beneficios de su diplomacia coercitiva y Biden evitará un posible atolladero en Europa del Este, China será el único foco de la estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos.
Pese a estos análisis, hay expertos que creen que China es sincera cuando dice que no quiere un conflicto en Ucrania. Chris Miller es uno de ellos.
“No creo que China piense que se beneficiaría de la guerra. Aunque ha respaldado a Rusia diplomática y políticamente durante la crisis, eso no significa que apoye en gran medida cualquier movimiento militar arriesgado que Moscú pueda hacer”, dijo Miller.
Explica que en términos económicos la economía global corre importantes riesgos en caso de una invasión rusa a Ucrania y que, aunque Moscú sería la que recibiría el mayor impacto al ser objeto de sanciones financieras por parte de Occidente, es posible que otros países también se verán afectados. Además del riesgo de que si la guerra continúa en el tiempo podría tener otras consecuencias para el sistema internacional en su conjunto.
«Desde la perspectiva de China, creo que están contentos de que el enfoque diplomático actual esté en la relación Rusia-Ucrania, pero no querrían tener nada tan arriesgado como una guerra a gran escala en Europa del Este», dijo.
Hasta ahora, China ha buscado apoyar a Rusia en base a intereses comunes, pero sin llegar al punto de un apoyo explícito que pueda comprometerla más allá de lo debido.
“Los gobernantes de China saben que apoyar expresamente a Putin muy probablemente generará antagonismo con la Unión Europea, ahora el segundo mayor socio comercial de China. En el cálculo estratégico de los gobernantes chinos, es vital evitar que EE.UU. reclute a la UE para sus acciones contra China.», escribió Pei.
El experto señaló que los esfuerzos de Beijing para ayudar a Putin podrían generar represalias por parte de la UE, cuya respuesta podría incluir restringir las exportaciones de tecnología a China u ofrecer más apoyo diplomático a Taiwán.
«Es probable que pocos en el liderazgo chino vean esto como un riesgo que vale la pena correr», dijo Pei.
Si bien el actual acercamiento entre China y Rusia comenzó en 2014 en el contexto de la invasión de Crimea, entonces Beijing fue estratégico para brindar un apoyo selectivo a Moscú. Así, por ejemplo, se abstuvo en la votación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena la invasión rusa, pero nunca ha reconocido oficialmente la anexión de ese territorio por parte de Moscú.
Cosecha temprana
Incluso si la crisis actual se desactiva sin escalar, China ya se ha aprovechado de la situación. Los medios estatales chinos han retratado la crisis en Ucrania como otro ejemplo del fracaso de Occidente, presentando a Estados Unidos y la OTAN como poderosos, negándose a respetar el derecho soberano de otros países, como China y Rusia, a defender su territorio.
«Creo que su objetivo ha sido debilitar el poder blando de Estados Unidos, empañar la credibilidad y el atractivo de las instituciones liberales y desacreditar a los medios abiertos», dijo Jessica Brandt, directora de políticas de Brookings Institution.
Adicionalmente, la visita de Putin a Xi en el marco de la apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing también ayudó a reducir el impacto del boicot diplomático que algunos gobiernos occidentales aplicaron contra esos Juegos.
En el comunicado conjunto posterior a esa reunión, ambos países dijeron estar «seriamente preocupados» por el acuerdo de seguridad de Aukus, firmado por Australia, Estados Unidos y Reino Unido con el objetivo de «defender» sus intereses en la región del Indo-Pacífico (un área vital para China).
Además, Rusia expresó su apoyo a la política de «una sola China», que ve a Taiwán como una provincia rebelde que eventualmente se reintegrará con el resto del país.
Estos son los primeros frutos que ya ha cosechado Pekín durante la crisis entre Rusia y Ucrania.
BBC