Por: Javier Taeño
Tanto la OTAN como la Unión Europea han intentado unir fuerzas ante la tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania. Mientras Moscú ha ido acumulando recursos militares a pocos kilómetros del territorio ucraniano, Estados Unidos y sus aliados han tratado de mostrar unidad ante un posible ataque ruso.
Una posición común ante una hipotética agresión de Putin que está teniendo una única excepción: Hungría. El país centroeuropeo, liderado por Orban desde 2010, mantiene una estrecha relación con Moscú y está actuando en esta crisis de una forma que despierta sospechas en Kiev. Cabe recordar que ambos países comparten frontera al oeste.
Los húngaros entraron en la OTAN en 1999 y se incorporaron a la Unión Europea en 2004. Sin embargo, la deriva autoritaria de Orban en el país ha generado numerosas tensiones, especialmente con los países de la UE. El endurecimiento de las medidas sancionadoras de Bruselas por leyes como la que criminaliza a los homosexuales ha provocado que se ponga sobre la mesa la posibilidad de que Hungría abandone la comunidad. Y la retórica del Primer Ministro contra las instituciones de la UE sigue creciendo.
Tanto es así que en muchas ocasiones ya actúa como verso libre. Un claro ejemplo fue cuando el país decidió comprar la vacuna rusa Sputnik V, saliendo del consenso europeo. Otra se está haciendo ahora, estrechar lazos con Rusia cuando la OTAN y la UE abogan precisamente por presionar a Moscú para que no ataque.
El 1 de febrero, Orban viajó a Rusia para reunirse con Putin y fortalecer la amistad entre los dos países. Una jugada controvertida, ya que la oposición húngara le acusaba de traicionar los intereses nacionales, mientras que el resto de aliados también se mostraban críticos.
El primer ministro acudió a Moscú con el objetivo de incrementar las importaciones de gas en un momento en el que el resto de países de la UE apuestan por intentar reducir su dependencia energética de Rusia. Además, la imagen de los dos líderes juntos fortalece enormemente la posición de Moscú y destaca las diferencias entre los aliados.
Y es que mientras la OTAN y la UE intentan mostrar unidad y fuerza, el hecho de que uno de los miembros esté tan cerca de Rusia hace que la estrategia de aislar a Moscú no funcione.
¿Y entre Hungría y Ucrania? Bueno, básicamente que los húngaros están ignorando todos los esfuerzos occidentales para apoyar a Ucrania.
La estrategia de la OTAN en la región ha sido reforzar las capacidades de defensa de Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia y Hungría, es decir, las fronterizas con Ucrania o el Mar Negro, pero por el momento los húngaros se han negado categóricamente a participar en estas operaciones.
«No hay necesidad de que 1.000 soldados de la OTAN vengan a Hungría y estén estacionados aquí de forma permanente», dijo el ministro de Defensa, Tigor Benko.
Unas declaraciones similares a las del canciller Peter Szijjarto, tan solo unos días antes: “Pedimos (a Rusia y Occidente) que hablen directamente, y les decimos muy claro que no queremos participar en su conflicto en esta región. «
Esta es la situación actual e incluso Hungría ha utilizado su poder de veto para evitar que Ucrania se adhiera a una unidad de ciberdefensa de la OTAN. Habrá que ver cómo evoluciona la situación, pero parece que de momento el país está actuando como un caballo de Troya en la OTAN y la UE.
En este sentido, serán decisivas las elecciones que se van a celebrar en abril y en las que la oposición se unirá para acabar con el régimen de Orbán. El futuro de Hungría en la UE e incluso en la OTAN puede depender de estas elecciones.
Javier Taeño